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Cofradia

Estructura de la Cofradía

En las Ordenanzas del año 1862 se dispone que, siguiendo la primitiva institución y costumbre inmemorial, la Cofradía se organizará en Compañías militares y sus individuos usaran sin excusa alguna, en los días de formación el uniforme militar propio.

Su jefe principal será el primer Magistrado de la ciudad con el título de Coronel y en su nombre mandará un segundo, con la misma graduación, señalándose, además, un Sargento Mayor, un Comandante, un Capitán Cajero, dos Ayudantes, un Abanderado y Guardias de Honor; y por cada compañía, un Capitán, dos Tenientes, dos Subtenientes, un Sargento 1º y otro 2º, dos Cabos Primeros, Ordenanzas y demás dependientes.

Vestimentas de la Cofradía

Los miembros de esta cofradía visten trajes con corte militar, cuyos colores dominantes son los tradicionales de encarnado y blanco

Uniformes

Los uniformes consisten en un pantalón encarnado, Levita-frac blanco con solapa y ribetes encarnados. Sobre la cabeza, un morrión alto, de piel negra, con barbuquejo, salvo el Coronel que se cubre con bicornio negro con plumas encarnadas y blancas. Como variedades cabe indicar que el uniforme de la Escuadra de Alabarderos es de cuello alto y morrión más alto y más ancho. El de la Guardia de Honor, la levita es blanca con peto encarnado abotonado. Y el de la Banda de Trompetas y Tambores, chaqueta encarnada y pantalón blanco con cintas encarnadas.

El armamento

Históricamente fue el de trabucos y escopetas de chispas, después la alabarda o pica. Los jefes y la caballería, sable.

Otros datos

Además de los desfiles, la bandera es un elemento esencial de estas soldadescas. Encabeza las comitivas y sus miembros la corren, la dan, la bailan, hacen el juego... nombres que reciben las evoluciones que los miembros de la soldadesca realizan con ella y que varían según la localidad. Lo más habitual es que el abanderado o alférez se encargue de bailarla, pero también pueden hacerlo el resto de los cofrades. Revolotear la bandera es una labor compleja que requiere un gran esfuerzo, dificultad que los vecinos valoran y saben apreciar; el resultado más o menos satisfactorio depende, claro está, de la habilidad y pericia del que la maneja